Precaliente el horno y engrase los moldes para pasteles: precaliente el horno a 350 grados Fahrenheit. Engrase ligeramente los tres moldes.
Juntos los ingredientes secos: en un tazón grande, tamice la harina, el azúcar, el bicarbonato de sodio, la sal y el cacao en polvo. Deja el tazón a un lado.
Mezcle los ingredientes húmedos: en un tazón mediano, mezcle el aceite vegetal, el suero de leche, los huevos, el colorante para alimentos, el vinagre blanco destilado y la vainilla.
Mezcle junto con los ingredientes húmedos y secos: con su batidora eléctrica, mezcle los ingredientes húmedos y secos. Bate la mezcla hasta que quede suave.
Hornee los pasteles de terciopelo rojo: divida la masa de manera uniforme entre sus tres moldes para pasteles. Hornea durante unos 30 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio. Deje que los pasteles se enfríen en los moldes durante unos minutos antes de voltearlos con cuidado sobre una rejilla.
Haga el glaseado: mientras los pasteles se enfrían, mezcle el queso crema, el azúcar glas y la mantequilla a baja velocidad con una batidora con un accesorio de paleta. Una vez incorporado, mezcle el glaseado a alta velocidad durante unos cinco minutos. Reduzca la velocidad a baja, luego agregue el extracto de vainilla.
Prepare los pasteles: con un cuchillo de sierra, corte la parte superior de los pasteles para nivelarlos. Coloque los recortes a un lado en un tazón y desmenúcelos en pedazos finos con las manos.
Decora tu pastel: coloca la primera capa de pastel hacia abajo y usa una espátula desplazada para congelar la parte superior. Luego, agregue su próxima capa de pastel y escarche la parte superior. A continuación, agregue la última capa de pastel, cubriendo los lados y la parte superior.
Tome sus migas de terciopelo rojo y péguelas suavemente al costado de su pastel con sus manos. Agregue las migas hasta que los lados estén completamente cubiertos.